La Elegancia del Erizo

En el número 7 de la calle Grenelle, un inmueble burgués de París, nada es lo que parece. Dos de sus habitantes esconden un secreto. Renée, la portera, lleva mucho tiempo fingiendo ser una mujer común. Paloma tiene doce años y oculta una inteligencia extraordinaria. Ambas llevan una vida solitaria, mientras se esfuerzan por sobrevivir y vencer la desesperanza. La llegada de un hombre misterioso al edificio propiciará el encuentro de estas dos almas gemelas.

Juntas, Renée y Paloma descubrirán la belleza de las pequeñas cosas. Invocarán la magia de los placeres efímeros e inventarán un mundo mejor. La elegancia del Erizo es un pequeño tesoro que nos revela cómo alcanzar la felicidad gracias a la amistad, el amor y el arte. Mientras pasamos las páginas con una sonrisa, las voces de Renée y Paloma tejen, con un lenguaje melodioso, un cautivador himno a la vida.

La Elegancia del Erizo es el último libro que he leído y es, sin duda, el mejor libro que he leído en años. Nunca había leído nada de Muriel Barbery y, aunque había visto éste libro varias veces en distintas librerías, nunca me animaba a comprarlo. Pero estas Navidades estaba entre los regalos que me trajo Papá Nöel y ha sido lo primero que he leído este año.

Es un libro que está escrito de una forma exquisita y con un lenguaje impecable. El libro habla, dentro de la historia de sus protagonistas, sobre la belleza en todos sus ámbitos como puede ser el arte, el cine, la música o pequeñas cosas como las flores o una taza de té; también sobre el clasismo que impera en ciertas clases sociales y la desesperanza que les produce a sus protagonistas vivir en el mundo actual... todo desde una perspectiva de pensamiento profundo, casi filosófico. Pero no sólo eso, sino que el humor inteligente que usa la escritora es divertídisimo y, además, una vez que lo terminas de leer (por lo menos en mi caso) deja la sensación de haber leído algo extraordinario y estuve pensando horas sobre el sentido de la vida, lo efímera que es y la poca importancia que le solemos dar, la mayoría de las personas, a las pequeñas cosas.

En definitiva, un libro cien por cien recomendable. Por mi parte, mañana iré a la biblioteca para ver si tienen el libro que esta misma escritora publicó en el 2000, "Una Golosina".