Para empezar, me llamaron y me felicitaron muchas más personas de las que esperaba, porque este año por la dichosa oposición no es que haya estado muy sociable y como ya he dicho en alguna ocasión, mi vida social ha brillado por su ausencia, pero a pesar de haber estado ausente para mucha gente, ¡no me han olvidado! y muchos se han acordado de mi cumple. Así, que aunque estoy casi segura de que ninguno de mis amigos me lee, desde aquí prometo que cuando pase la pesadilla de la oposición volveré a estar más en contacto y seré la de antes, no la ermitaña en la que me estoy convirtiendo. La que se ha olvidado completamente de mi cumpleaños es ¡mi hermana! que hay que ver... pero bueno, tiene la excusa de que está de vacaciones y seguro que no sabe ni en qué día vive.
Otro motivo que me alegró el día fue el regalo de mi chico, y no es que sea materialista, pero me hizo mucha ilusión porque no esperaba nada ya que ahora mismo sólo trabaja él, y aunque dado como está el panorama de la economía y el paro no nos podemos quejar, no es lo mismo que si trabajasemos los dos. Su regalo tenía dos partes, el primero fue un kiwi, sí, sí, un kiwi, pero no la fruta, sino la planta de la que sale que es una enredadera, y me pareció muy original. Pongo algunas fotos, que no son muy buenas porque la luz de hoy no es la mejor ni yo una buena fotógrafa y las dimensiones de mi mini terraza no me dejaban muchas posibilidades.
¡Ojalá el año que viene tengamos kiwis producidos en casa!
De la segunda parte del regalo no cuelgo fotos porque lo voy a devolver, es ropa, y me encanta todo lo que mi chico ha comprado, pero tiene un despite descomunal y la compró en una tienda ¡de tallas grandes! Lo que me reí ayer, porque encima dice que en la tienda todo le parecía demasiado grande, pero que pensó que a lo mejor esta temporada se llevaba la ropa más holgada, jajajaja. Pero bueno, en su defensa diré que en casi cinco años que llevamos juntos es la primera vez que no acierta un regalo, y además, mi ego se llevó una alegría porque a pesar de no ser una top model y distar mucho de estar delgada, y con todo el respeto a las personas que compren su ropa en este tipo de tiendas, ¡me llevé un alegrón al ver que todo me quedaba grande! Así que después de mi exámen me va a tocar ir de tiendas, que ya ni me acuerdo de la última vez que fui.
Y para terminar el día, mi chico y yo nos fuimos a cenar a un chino que nos recomendaron sus compis del trabajo y que ha sido todo un descubrimiento. Aparte de comer hasta reventar que es lo que mejor se nos da, brindamos por mis 26 añitos, por su más que buena nota en su primer exámen de la opo y por nuestra primera salida en Talavera de la Reina (es lo que tiene opositar).