Madrugando

Primero que nada, aunque ya lo he hecho en los comentarios del post anterior, quiero agradecer a tod@s los que me habeis felicitado y que os habeis alegrado por mi, incluso algunas personas que normalmente no suelen comentar, me ha hecho mucha ilusión... ¡mil gracias!

Como vereis en la hora de esta entrada, hoy he madrugado bastante (a estas horas ya estoy duchada, vestida, y acabando el desayuno) y es que debo estar nerviosa aunque yo no lo note, porque me he despertado sin despertador y sin sueño. Aunque debería estar cansada porque no ha sido un finde relajado precisamente.

El sábado por la mañana fuimos de compras ya que, aunque tengo ropa, me hacía falta algo más de vestir pero informal para los primeros días de trabajo porque como no he estado nunca en la oficina (la primera y única entrevista fue en una cafetería) no sé si los compañeros irán muy arreglados o no. Y luego comimos en un asiático al que no habíamos ido nunca y que ha sido un auténtico descubrimiento, por el precio y por la comida que estaba todo buenísimo, aunque los postres fallan un poco, pero como comimos tantísimo, no nos importó.

Después de comer volvimos a casa y el resto del finde ha sido un no parar: cocinar para el resto de la semana (podríamos hacerlo por las tardes, pero entonces no tendríamos tiempo para estudiar), limpiar, poner lavadoras, tender lavadoras, planchar y un largo etcétera... ¿qué os voy a contar, no?

Bueno, ahora voy a terminar de arreglarme que dentro de media hora me recogen unos compañeros porque la oficina está en un polígono, lo bueno es que nos recogen y nos traen. Prometo crónica detallada del día.

¡Feliz Lunes!