El post que quería escribir

Desde el lunes pasado he querido sentarme delante del ordenador para escribir un post que tenía completamente escrito en mi mente, y al que quería titular "El domingo fue un gran día", pero hasta hoy no he tenido tiempo, porque a parte de trabajar y demás obligaciones, durante la semana tuve que estudiar más de lo habitual porque el viernes tuve un exámen en la academia que por cierto, me salió bastante bien. Ayer sí habría tenido tiempo, pero me dio una vaguitis aguda que me dejó toda la tarde tirada en el sofá viendo "Sexo en Nueva York" por internet (Maeva, al leer tu post me dieron ganas de ver la serie, jejejeje), y como mi chico se había ido a Madrid antes de que yo llegase de trabajar, no tenía quién me obligase a dejar el gandulismo a un lado. Así que hoy, por fin, me he dignado a pasar por el blog, pero el post que tenía totalmente formado se ha esfumado como por arte de magia.

Como ya he dicho, quería llamar a ese post "El domingo fue un gran día" por la aprobación en Estados Unidos de la nueva Ley de Sanidad. Direis que qué tiene que ver conmigo esa Ley... pues directamente nada, pero algunos de mis mejores amigos viven en ese país y es un avance importantísimo para ellos, que cada vez que sus padres se quedaban en paro, rezaban para que nadie de su familia sufriera un accidente o enfermedad grave porque allí, sin trabajo tampoco hay dinero para un seguro médico y sin seguro médico no se tiene derecho a asistencia sanitaria, así te estés muriendo en la puerta de un hospital. Y a todo eso hay que sumarle el altísimo precio que tienen allí los productos farmaceuticos. Por poner un ejemplo, el tratamiento más simple para un resfriado como unos caramelos de miel y limón tipo strepsils, no cuesta menos de diez dólares... así que imaginaros lo que debe costar el tratamiento para otras enfermedades más caras. Es increíble que  un país que es considerado la primera potencia mundial, no tenga una buena seguridad social instaurada y que hasta ahora sólo las personas con un buen trabajo pudiesen acceder a una sanidad de calidad, pero así eran las cosas hasta ahora. Por eso el domingo fue un gran día, porque por fin mis amigos Ian, Marshall y Perrin y el resto de ciudadanos de clase media y baja de E.E.U.U podrán dormir tranquilos en caso de quedarse sin trabajo, o en caso de que lo tengan pero aún así, su sueldo no les llegue para pagar un seguro médico privado.

Ahora el siguiente paso sería que Obama le metiese mano al sistema universitario y que los jóvenes recién licenciados (de nuevo, de clase media y/o baja) no tuvieran que cargar con la losa de un préstamo carísimo para poder costearse sus carreras.
Entonces, quizás comenzaría a creerme lo del sueño americano.